El poco utilizado poder de Cristo

En primer lugar, agradezco a Dios por la oportunidad que me ha brindado de volver a escribir en este espacio y por todas esas personas que de alguna manera u otra reciben estas bendiciones en nombre de Jesús, gracias y @flaminghelpers , @god , @christian. -ruta para tu trabajo

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“porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”
(Mateo 6:13)

Una de las cosas que debe ser mejor comprendida dentro del cuerpo de Cristo, es el poder de Cristo. En muchos casos, la iglesia necesita entender esto mucho más de lo que el mundo lo comprende. Cristo no es fuerza débil, impotente, y desinteresada. Nuestro Dios es un Dios de poder. Él impacta cada situación o circunstancia donde se le permite entrar con un poder revolucionario que transforma vida.

Un cristiano puede perseguir el mil, y dos pueden perseguir a diez mil porque Dios lo permite (Deuteronomio 32:30). La iglesia posee todo el poder necesario para sanar matrimonios y a todos aquellos que están enfermos, física, emocional, mental, y espiritualmente. La psicología verdadera reside en la palabra de Dios. La iglesia puede impactar a cada comunidad, sus familias, su economía, su salud.

Cuando Jesús llego a la ciudad sabían que había llegado. Él obró de tal manera que todos sabían que Él estaba allí. Él cambio cosas.

Es tiempo ya, de que más de nosotros en el cuerpo de Cristo divulguemos el poder de Cristo, seamos movilizadores y agitadores que penetren al campo enemigo a recuperar lo que nos ha robado.
Tenemos respuesta para la violencia doméstica, las tenciones raciales, la inmoralidad. Su nombre es Jesús. No necesitamos poner nuestra confianza en los gobiernos del mundo, sino en el templo. No necesitamos conquistar las elecciones gubernamentales, lo que necesitamos es arrodillarnos en el altar.

Esto no quiere decir que la iglesia actual sea tan prfecta que no requiera ser rectificada o mejorada. Lo que hay equivocado en la iglesia es de resultado humano, no Cristo. Su poder es absoluto, inmutable, y perfecto.

El poder de Cristo puede ser criticado, pero nunca contenido. Puede ser frustrado o estorbado… pero nunca detenido. Puede ser obstruido… pero no extinguido. Si Dios está aún detrás de la cosa más insignificante, esta se torna gigantesca, efectiva, y poderosa para derribar todo tipo de fortalezas.

Es tiempo que usemos el nombre de Jesús para declarar que el enemigo ya no tiene más autoridad sobre nuestras vidas ni la de nuestras familias. Debemos ser suficientemente radicales para “hacer” que nos suelte y que nos deje ir.

Dile al enemigo hoy, “en el nombre de Jesús, suéltame.Suelta a mi familia.

Pertenecemos a Dios y solamente a Él”