Mi experiencia en Viña del Mar, Chile

Buenas comunidad Steemit. Cuando me inicié en la comunidad indiqué que había vivido en Viña del Mar, Chile, por espacio de once meses. Durante ese tiempo pude conocer algo de su cultura, su gente, y debo decir que realmente disfrute cada momento, cada caminata, cada olor, cada persona, especialmente mi relación con la gran familia de Shoenstatt, quienes me recibieron y acogieron como una más entre ellos. Ir al Santuario de Shoenstatt cada domingo era un placer, entrar en él para saludar a la Madre me daba la paz y el sosiego que necesitaba mi alma después de haber tenido que salir de Venezuela por la situación política-social-humanitaria que en ella se vive. Allí también pude conocer seres especiales que se convirtieron en amistades sinceras. ¿Extraño ir a Shoenstatt? ¡¡Mucho!!

Santuario de Shoenstatt, Viña del Mar, Chile

Más Viña del Mar tiene mucho que ofrecer para quien tiene la oportunidad de visitarla. La ciudad en sí es muy bella; la gente amable. Caminar hacia la playa es toda una experiencia. Pasear por la Avenida Perú, oír a los músicos ambulantes, ver la puesta de sol en el paseo del malecón. O también las Avenidas Álvarez o Valparaíso, donde hay muchos restaurantes, comercios, casas de estudio. Visitar la Quinta Vergara, los museos, el Reloj de Flores. En fin, hay mucho que conocer, apreciar, disfrutar. No en balde se le conoce como la Ciudad Jardín.

Vista al Mar con pelícanos disfrutando el paisaje

Las comunidades cercanas, Reñaca, Concón, Valparaíso, tienen cada una su encanto particular. Todas muy cercas de Viña y de fácil acceso a través de las autopistas y por medio del transporte urbano.

El clima de Viña del Mar es templado, ni aún en verano se siente calor. Así que hay que estar preparado para tener un suéter a la mano por si baja la temperatura.

Si alguien me preguntase que fue lo que más me gustó de Viña del Mar, sería muy difícil responder. Cada espacio tiene su personalidad, aunque me decanto por el mar, por un lado, y por Shoenstatt por el otro. Ambos lugares me ofrecieron paz y sosiego desde distintas perspectivas.

Recomiendo a Viña del Mar como un lugar para visitar sea por placer, turismo, negocios, o emigrar.