El hada y el lobo IV

Mucho antes de que la tierra se formara y trajera los cimientos de una dinastía incipiente, el mar dominaba a los dóciles terrestres, adorado como una deidad junto con el cielo. Hubo un alba que se opuso a tan imperante dominio e invocó a la guerra.

En numerosas batallas el mar envió a sus ejércitos de criaturas y monstruos abisales y el alba hizo lo mismo, ofreciendo en batalla a sus seres de luz de jerárquicos poderes.

El mar tuvo la última batalla perdida y sus dominios fueron otorgados a los seres terrestres quienes estaban oprimidos por tan inmenso poder.

Ante este reino, ante este poderoso monarca tirano y ruin, Lila tuvo que enfrentarse. Pero antes de eso, tuvo que renunciar a todas sus facultades feéricas para poder adentrarse en sus profundidades, e incursionar en el reino de los tritones.

Todo esto con la finalidad de encontrar a su hermana y poder llevarla de nuevo a las tierras imperecederas de donde vino. Las hadas y las sirenas nunca han tenido contacto, sin embargo, estas si lo desearan, podrían cambiar su cuerpo para entrar al entorno que quisieran.

Lila se sentía inconforme, pero tuvo que hacerlo para poder entrar en aquellas regiones de la inmensidad. Al entrar, vio criaturas que se curveaban, otras informes que se impulsaban y otras, con apariencia grotesca y sintió mucho espanto.

La oscuridad del mar no le permitía explorar con mejor eficacia y decidió impulsarse de nuevo hacia la superficie. Donde solo escuchó al viento que le hablaba para que regresara de nuevo a la costa, puesto que, una sorpresa de complejidades impactantes le ayudaría a continuar.

Continuará…

Ilustración

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