Dentro del domo principal solamente habia plantas de energía solar y unas instalaciones militares. Despues estaban la sala de comunicaciones, deposito militar y el aeropuerto. Teníamos pocas provisiones, pero el alimento deshidratado era suficiente para algunas semanas. Entré a la base de mando, el edificio era el corazón de la colonia..

     Recorrí el camino en dirección al centro de decisiones. A traves de sus paredes de vidrio, visualize que los altos mandos ya se encontraban reunidos en la mesa, a donde me dirigí con paso decidido. Golpee suavemente mientras abría. La discusión parecía acalorada. Todos los presentes giraron sus cabezas para mirarme. En la mesa estaba el personal militar, científicos y responsables políticos. Formaba parte de los tres cuerpos y tenía un rango superior a todos, exceptuando al comandante de defensa, con este compartimos el mismo rango, pero él tenía subordinados que respondían directamente a sus ordenes. Mi autoridad era legalmente indiscutible.

-Buenas tardes, larga vida al Imperio- Salude y me senté en la cabecera.

El silencio me incomodaba.

-Ingeniero que bueno verlo en una pieza- Dijo el capitan de la armada imperial. Por alguna razon no crei que estuviera tan feliz de verme vivo.

-No por mucho, perdi buenos hombres para llegar aqui, imagino que ya fue comunicada nuestra situación, hay que comenzar la evacuación, no deberiamos estar aca- dije esperando que mis peores miedos no se materializen.

-Aun no enviamos el mensaje, estamos evaluando la situacion, no sabemos...- No lo deje terminar

-Envie ya mismo el mensaje, el error fue nuestro, por alguna razón nuestros sensores no detectaron la presencia nativa. Estamos en riesgo de que el imperio reciba alguna sanción. Las reglas son claras, los planetas habitados deben continuar su desarrollo sin interferencia- Tenía un mal presentimiento.

-De eso hablaba con nuestros compañeros, ya interferimos, ya colonizamos y restauramos parte de su habitat, habitat que quizás fue destruido por ellos mismos. La inversión del imperio fue significativa, usted sabe que estamos en medio de una guerra- dijo, varios asintieron, otros se encogieron de hombros. Comenzaron los murmullos. Mire a mi alrededor, me levante y apoye las manos en el respaldo de mi sillon.

-Permítanme caballeros que sea completamente claro y disipe las dudas.- Se hizo silencio- Nosotros cumplimos ordenes del imperio Argon, las reglas son claras. Argonia respeta la autodeterminacion de los pueblos. Sobre todo pueblos primitivos y en desarrollo que no amenazan la integridad del imperio. Estamos levantando campamento, nos vamos. Esto no es una discusión. Dejamos el domo tal cual esta para que los habitantes puedan sobrevivir a la catástrofe atómica.-El ambiente estaba tenso-¿Como sucedió? No es nuestro problema. Si los ayudamos es porque así se dio y no porque lo buscamos. ¿Alguien tiene algun reparo para cumplir ordenes? ¿Algun eslabón de la cadena de mando flaquea? Estamos en guerra, cualquier tipo de sublevacion, motin o conspiracion tiene reglas claras y solo hay dos caminos, corte marcial o exterminio. Si alguien tiene algun problema lo tiro en pelotas a que se lo coman los lagartos. ¿Alguna duda?- los mire de manera desafiante, analizaba los rostros de todos los presentes. A pesar del asentimiento de muchos, podía ver sus intenciones como si su mente estuviera abierta a mi escrutinio. No se llega a comandante en jefe sin saber algo sobre el comportamiento humano. Clavé mi mirada en quien lideraba la insurrección, el coronel Lataniû era un veterano de guerra, hombre que habia vivido cruentas batallas y sobrevivido. Poco le importaba la ley, para él su misión lo era todo. El sujeto me miro fijo, con una expresión de calma aparente. Cuando observe al personal de la mesa directiva, note varias miradas furtivas dirigidas al golpista. Sabía quienes estaban en mi contra y el tiempo apremiaba, cuanto antes debía enviar el mensaje a Argonia.

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Salí de la sala de reuniones, detrás mío el teniente Dan Lamar.

-Clima pesado eh?- dijo mientras se ponía a mi lado siguiendo mi paso acelerado- ¿Que vamos a hacer?- Había comprendido la situación al instante, el motín era inminente.

-El que pega primero, pega dos veces. - Respondí -Tenemos que tomar el control, la ley es ley por algo. En nuestras manos está el honor del imperio- No conocía tanto al teniente. -¿Puedo contar con usted?- Buscaba analizar su reacción.

-Cuente conmigo señor- No dudó -Estoy siempre del lado de la ley. Es una matanza ilegal, no es una cuestión moral o ética. Si tuviera la orden o contexto de aniquilamiento tampoco dudaría.- Dijo mientras caminábamos, era un soldado de manual. - ¿Cuál es el primer paso?

Su respuesta me sonó sincera, un pensamiento militar puro. Necesitaba un subordinado así.

-Vamos derechito a la torre de comunicaciones, si hacemos pública la situación, el motín nace muerto- En teoría el plan era infalible.

-Suena fácil, bien pensado- Dijo

-Si, en efecto, es la manera más apropiada de terminar con ésto- Aún así, sabía que era demasiado fácil, tenía un mal presentimiento de lo que pudiera suceder.

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Acerqué mi brazalete a la cerradura electrónica y la puerta de acero se deslizó silenciosamente permitiéndonos el ingreso. Era extraño, las terminales de comunicación estaban desiertas, el salón era relativamente grande, tenía un plantel de 30 personas en total y las terminales se alineaban con las pantallas encendidas. Me senté en la silla más cercana y con sorpresa comprobé que habían removido los paneles para evitar cualquier comunicación con el exterior. Cruce miradas con mi compañero, quien se quedó en silencio. Me levanté presuroso y recorrí una por una las terminales.

-Se las llevaron todas!- Dijo mi el teniente -Esto es inaudito, no solo no cumplen con las leyes sino que también manipularon terminales de comunicación por fuera de los protocolos.

-Ya me parecía que era demasiado fácil, aparentemente el motín comenzó desde antes que lleguemos- dije- Creo que es momento de pensar en buscar a quién está detrás de todo ésto. Aunque ambos ya sabemos muy bien quien es. ¿Cuantos soldados fieles al imperio podemos conseguir? -Le pregunté a mi compañero- Hay que cortarle la cabeza a la serpiente.

-Tengo buenos hombres bajo mi mando, pero no se si los suficientes; ni tampoco sabemos que tan preparado esten los insurrectos- Concluyó el teniente.

-Habria que empezar reuniendonos, primer paso hacer recuento de armas- dije -Vamos a la planta de energía, los cientificos residentes son aliados. Reuna a los hombres allí.