Como sabrán, la décima espinela es una estrofa de diez versos octosílabos, con esquema de rima abbaaccddc. Recibe su nombre del relevante autor del Siglo de Oro español sacerdote, escritor y músico Vicente Gómez Martínez Espinel, mejor conocido como Vicente Espinel (siglo XVI).

En lo personal, al igual que me sucede con los limericks, prefiero esta estructura poética para la literatura infantil o los temas criollos e hilarantes.

Estas décimas han sido inspiradas por una escena ligeramente tragicómica ocurrida hace dos años aproximadamente, momento en el que tomé la foto que ilustra esta publicación.

Si tienen gatos, ya saben cómo es cuando hay aves por allí cerca. A pesar de ser de los cazadores más eficientes en el reino animal, no siempre hacen honor a su reputación. A veces el amigo plumífero se salva para vivir otro día.

En el caso de esta escena en particular, los protagonistas fueron una de mis gatas y un tordo de los que frecuentan la mata de mango (inmensa, por cierto) en el patio de la casa. Cuando no están ocupándose de sus asuntos, los tordos suelen ser unas avecillas bastante vengativas y feroces. Además de recibirlos como visita en el patio, mi experiencia con estos audaces plumíferos se limita a haberlos visto picotear las orejas de quienes recorríamos el campus de la UDO en mis felices años de estudiante.

El tordo me parece un animal perfecto para burlar un gato, pues por muy acrobático que sea el gato, lo cierto es que no puede volar (más que para caer planeando como un ícaro felino si tiene suficiente suerte) . Y por eso ambos están en estas décimas infantiles.