Por ejemplo: Tenemos la depresión, ciertamente es un tema delicado, estudiado por muchos, pero no hay que negar; que una persona deprimida suele sentirse cansada, con el cuerpo adolorido, lo que lo conlleva, en parte, a no querer hacer nada, procrastinar y lamentarse.
Cosa que solo empeora la situación del individuo, encerrándolo en su mundo y marcandole de por vida, volviéndose crónica y mortal en ocasiones.
Tenemos como ejemplo también (Tema igual de delicado): Los enfermos de SIDA, he conocido a un par en el transcurso de mi vida, he escuchado anécdotas sobre estas personas con dicha enfermedad terminal; nada nuevo para ser honestos, información que abunda en internet, pero debo resaltar algo. He oído por boca de una persona que padecía esta enfermedad, que luego de enterarse de ello, cayo en depresión (un hecho muy comprensible, a mi parecer), pero de algún modo, logró salir de esa oscuridad, quiso vivir la vida, por muy corta que esta fuera para él, quiso hacerlo sin más.
Hace más de 7 años que no sé de esa persona, pero conocerle fue muy conmovedor e hizo llorar a muchos en aquel salón de clases. Mi punto es, que efectivamente su actitud ante dicha enfermedad, le había permitido vivir más. Lo digo porque he leído sobre casos en los que el paciente entra en una depresión que le debilita, de tal forma, que termina muriendo y perdiendo esa batalla, obviamente esto no aplica para todos los casos, no siempre podemos controlarlo todo, hay cosas que se nos van de las manos.
Lo siento por extenderme, no pude evitar leer todo lo que hablabas con el señor @ramonrene, esto me inspiro e hizo dar está breve opinión respecto al tema.
Quiero aclarar, que pienso lo siguiente: No todo se reduce a esto, no todo es pensar positivo, hay mucho más detrás de las enfermedades, no podemos dar por sentado los estudios científicos y los avances en medicina que nos hacen comprender más a fondo estas cosas. Sin embargo, encerrarse y dejarse vencer, puede ser más mortal que cualquier enfermedad terminal.
¡Saludos @gracielabarbulo!