Tu texto nos informa y permite degustar ese paralelo entre música y pintura que nos ofreces en tu nota periódica, @dimitarcv. Para comenzar, te agradezco esa versión del Miserere ; imposible que no me lleve a recordar aquella frase de Unamuno en su libro Del sentimiento trágico de la vida (concretamente al final de su ensayo "El hombre de carne y hueso") cuando expresa: "Un Miserere, cantado en común por una muchedumbre azotada por el Destino, vale tanto como una filosofía".
Las tres pinturas son una clarísima muestra de esa presencia de la música en escenas que imaginan o prefiguran el Paraíso; sin embargo, la que más disfruto es la de Edward Burne-Jones, uno de mis pintores preferidos de la etapa pre-rafaelista. Saludos.