Hermanos: Existe un espacio, la Universidad
La Casa Más Alta
Hermanos, existe un espacio sin fronteras. Un crisol del saber donde las profundas corrientes subterráneas de todos los mares se encuentran. En ese lugar sagrado se estudia la fusión de las Artes y las Ciencias, hermanas mías. En esa fábrica gloriosa se crean, se vierten, se mezclan, se levantan los cimientos y las cúpulas del futuro. En sus aulas se visualizan las huellas de los elementos tras el paso de las eras. Ese golfo de corales queda entre dos montañas que, aun divisándose etéreas, se separan y se unen al instante sumando sus picos al relieve todavía inconcluso del planeta. Ese territorio ilimitado, vecinos próximos y lejanos, es lugar de maravillas. No hay nada que sea incontenible en él. En su campus la humanidad pudo emprender el ascenso de los infiernos, cultivar la tierra física y metafísica, sorprenderse con la magia de la naturaleza, sembrar la poesía poblando de aladas metáforas los teatros del mundo.
Aula Magna, "Nubes flotantes" (1953) por Alexander Calder.
Universidad Central de Venezuela
Giran los átomos. Giran los molinos. La canción de las estrellas percute en este pozo de cristal donde pulsa el latido de la existencia. Escuchen, educandos y educadores, escuchen. En esta Biblioteca se declinan todos los arcanos. Se conjugan todos los verbos. Se resguardan todas las profecías. En sus páginas se aprecia el contrapeso del mundo. En sus claustros de paz se estudia el idioma de los ancestros y la erupción de los volcanes; se expone sobre la blanca tela del juicio la verdad religiosa; se despejan las incógnitas en las ecuaciones; la imagen de lo misterioso se devela. En ese granero hacen vida las parábolas para mayor gloria del Conocimiento: Bien y Mal; Negras y Blancas; Abajo y Arriba; Vida y Muerte; Negación y Afirmación... son la otredad esencial que contiene sus antípodas. En sus augustos pasillos y laboratorios se aprende que tocados por los dedos desgarradores del polvo envejecen los juguetes del destino. En esa querencia siempre es tiempo de abrir los ojos y los libros. Estamos de pie, ciudadanos-artistas, sobre este cenit altísimo que el magnetismo de las esferas transformará en nadir una y otra vez de manera alterna, perpetuamente.
Instituto Oceanográfico en Sucre
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Ese espacio del cual les hablo, parientes de mi sangre, es La Universidad. Ella se encuentra asediada brutalmente desde hace casi veinte años por la satrapía que ha dilapidado, arruinado, robado gran parte de las riquezas materiales de Venezuela; además de violar permanentemente los Derechos Humanos consagrados en la Constitución de nuestro país y los suscritos en Acuerdos Internacionales. En todo el territorio nacional el Alma Mater está siendo agredida tanto política como financiera y jurídicamente por una pandilla de malhechores de tendencia militarista que apetecen hacer desaparecer la Academia para intentar perpetrar una sociedad de sujetos míseros e ignorantes. Particularmente, la Universidad de Oriente en su Núcleo de Sucre, ubicado en Cumaná, la ciudad Primogénita del continente americano, está siendo asaltada y despojada de todos los bienes que se encuentran en su planta física, hasta el límite de que recientemente su auditorio general fue violentado y después quemado por esas garras criminales.
Áreas verdes de la UDONE
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(Universidad de Oriente - Núcleo Nueva Esparta)
Sin embargo, amables lectores, La Madre Nutricia, El Alma Mater, La Casa que vence las sombras, La Lámpara de la Sabiduría, junto a la nación entera, ha de resistir esta acometida salvaje por parte de los que hoy ostentan malamente el poder político en nuestro suelo, los "poderosos" que se creen ser "los dueños absolutos de la Verdad", como si de otra versión de la Inquisición se tratara. Ha de resistir la Universidad, les digo, contra la dictadura que usurpa el poder político desde los primeros días de este año 2019, y salir de nuevo a la luz triunfante de una sociedad libre, próspera y democrática. La casa Más alta, como también se le conoce a nuestra Universidad de Oriente, con sus 5 núcleos, con la presencia de sus estudiantes, profesores, y todo el conjunto de seres que hacen vida académica y social en sus espacios, extendidos a lo largo y ancho del oriente venezolano, saldrá finalmente victoriosa de este vil agravio. Y en este espacio universal ─hermanas, hermanos─, volveremos a ver, Dios mediante, como adecuadamente dicen los versos de su himno Acercaos, juventud: una lámpara fiel / y llevarla a los campos de historia / que en Oriente son aula y taller.
La Casa Más Alta
Me cuesta escribir sobre la Universidad Venezolana en general y ahora más que nunca sobre la UDO en particular.
Tengo sentimientos encontrados. Los mismos que me hicieron renunciar.
Creo que los intento recientes por rescatar el espíritu universitario llegan tarde. Aún leo titulares de colegas de otras universidades que hablan de que el gobierno "intenta", "pretende", "busca" acabar con las universidades autonomas, doblegar la cultura, etc etc. Creo que lo hicieron, y lo hicieron desde hace mucho tiempo. Si no se habla del crimen como un acto consumado, no hay crimen.
También creo que dentro de la universidad muchos colegas docentes, obreros, empleados y demás ayudaron de forma directa a la destrucción de nuestro tesoro más preciado. Como Judas, la vendieron por unas monedas, pero de arena.
Fueron muchos tambien los que pecaron por omisión (creo que de esta clase hay más); los que nunca firmaron una carta de protesta, los que nunca hicieron pública su opinión o visión del problema, los que nunca participaron en una marcha o alguna de las tantas actividades que veníamos haciendo desde hace unos 20 años, los que trataron y siguen tratando a las autoridades con excesivo respeto.
Faltó más coraje, menos "decencia". Quisimos jugar siguiendo las reglas contra gente que hizo trampa todo el tiempo.
Hará falta más que buenas intenciones para reconstruir la universidad venezolana. Si se hace con los mismos que la destruyeron, se habrá perdido todo.
Hola, mi estimado amigo @hlezama. Leo con interés tu comentario porque sé que siempre sustentas con argumentos sólidos tus opiniones. En este asunto, aunque comparto en gran medida las partes de tu criterio, no soy partidario de conjugar en tiempo pasado los intentos por rescatar la Universidad de las garras la dictadura. Es nuestro deber seguir luchando por el triunfo de la Universidad venezolana, por Venezuela y por nosotros mismos, ya que somos una sola entidad, con todas nuestras fuerzas.
Entiendo cuando dices Si no se habla del crimen como un acto consumado, no hay crimen y, con tu permiso, me atrevo a decir más: en este caso, no es suficiente que se hable de los crímenes que cometen cada día contra el país esa caterva de delincuentes como un acto consumado (eso ya ha sido demostrado en lo interno y lo externo del país hasta el hartazgo) para desalojar del poder a esta banda de criminales que hoy se relamen los colmillos.
Tengo fe activa de que luchando, como nación e individualmente, saldremos juntos de este episodio oscuro por el que estamos atravesando y volveremos a nuestras aulas de estudio para llevar a Venezuela al sitial de progreso social, paz y libertad que nosotros nos merecemos.
Sabemos de la complejidad de estos procesos históricos, sin embargo lo habremos de lograr, hermano, con nuestras luces, Dios mediante.
Recibe un fuerte abrazo de mi parte.
Como udista y como ser humano te doy las gracias por esta publicación. A mí me cuesta hacerlo, es decir escribir sobre ella en estos momentos. Se me hace un nudo en los dedos mientras los ojos se me nublan. Son tantos los días felices que he pasado en los espacios universitarios que no concibo que algún joven deje de vivir esa experiencia de recorrer pasillos, ir al comedor, agarrar el autobús, ir a clases, etc., porque a un determinado grupo del gobierno de turno se le ocurrió asfixiar a las universidades. Te abrazo @oacevedo
Gracias a ti, @marcybetancourt, por tu sensible comentario. Debemos continuar con nuestra lucha por la Universidad hasta hacer que la luz, Dios mediante, espante de nuevo las sombras.
Te saludo con un beso y un abrazo.